Tirando para Ciudad Malva

Michael jugueteaba con un Bonguri mientras caminaba por la frondosa ruta 30
-Cincuenta y cuatro mil quinientos ochenta y cinco Donhpan, se balanceaban, en, la tela de un Ariados~
A su lado, un pequeño Cyndaquil caminaba con cara de querer que el Ariados mandase a freir Pikachus a los Donphan. El hecho de que Michael le lanzase el Bonguri
cambio rapidamente el humor del pequeño Pokémon.
-Hala, asi mejor. Cincuenta y cuatro mil quinientos ochenta y seis Donphan, se balanceaban...
Un ruido cerca de ellos interrumpio su cantinela. Un Caterpie se habia asomado de entre la hierba alta y observaba con curiosidad a los paseantes.
-Mira que bien, Cyndaquil, vamos a tener un nuevo amiguito~
Cyndaquil se termino el Bonguri, sin prisas, y se encaro contra el gusaneo (¿esa palabra existe?) Pokémon.
-Hala, a por el.
El Pokémon se lanzo contra el gusano a gran rapidez, dispuesto a placajear (¿y esta?), mientras el gusano intentaba apartarse, no lo suficientemente rapido para evitar que el placaje le placajease de lleno, debilitandolo en un plis en lo que vendria siendo un ataque muy efectivo. Cyndaquil lo observo y volvio con su dueño
-Cachis... igual nos hemos pasao. La proxima vez sera~ -comento, antes de seguir cantando, reanudando el camino.

Se había ido definitivamente de Ciudad Iris, sí, estaba decidida, pero eso no evitaba que se sintiese algo culpable en su interior. Después de esquivar la hierba y pasar hacia Ciudad Malva, había intentando volver, cuando se encontró un maldito árbol en medio, así que decidió seguir sin vuelta atrás. Había llegado a Ciudad Malva y había seguido de largo hasta Ciudad Cerezo, pero al darse cuenta de que se había pasado el primer gimnasio por pura estupidez y distracción, se dio la vuelta y volvió nuevamente, se empezaba a cansar.

Colgado de su hombro iba Mudkip. Las pequeñas patitas del pokémon le impedía caminar muy rápido, así que cuando se cansaba, se colgaba a su hombro. Mika iba simplemente caminando y silbando, ojeando su pokegear. Su madre le había llamado después de irse, diciéndole que le apoyaba en su meta y que ahora que se había ido, no podía hacer que volviese, así que no se sentía tan mal.

Mientras caminaba, observó como un entrenador peleaba contra un Caterpie con un Cyndaquil. Observó la pelea, algo interesada, pero al ver que acababa rápido sacudió la cabeza y suspiró. Notó que el chico en realidad quería atraparlo, pero se encogió de hombros, sin comentar nada, esperando que aquella persona no le hubiese visto, y siguió su camino como normalmente.

Michael habia empezado a andar, pero se detuvo al ver que Cyndaquil no le seguia. El chico se rebusco en la pequeña riñonera, sacandose un bonguri y lanzandoselo al Pokémon, pero no le interesaria mucho cuando le reboto en la cabeza y cayo al suelo, tras lo cual un Ratatta salio con rapidez de entre la hierba alta, cogio el fruto y volvio a irse a gran rapidez.
-Ondia, Speedy Gonzalez...
Michael se acerco a cotillear lo que habia visto el Pokémon, fijandose en una chica, ya alejada.
-Anda, mira, si teniamos publico y todo... hala, vamonos.
El chico agarro al Cyndaquil para obligarlo a andar y siguio su camino. Segundos de recibir un fuerte fogonazo en toda la cara, proveniente de las llamas del lomo del Pokémon, recordo las palabras del profesor que le habia entregado al Pokémon
"Ten cuidado: no le gusta que lo cojan"

- AGH! Ciudad Malva...¿¡Eso dónde está!?

Tsumi estaba mirando desesperada un mapa de papel del fino hecho trizas, dándole mil vueltas, dando botes por encima de la hierba alta, a una altura considerablemente alta, mientras su Totodile le seguía canturreando alegremente dando botes igual de impresionantes.

- ¡Si no te hubieras comido el mapa, ahora no estaríamos así, Codrilo! - Dijo, enfurruñada mientras se giraba al pequeño reptil, que ponía cara de no entender y escupía varias cachos de papel.
Su pokégear sonó ruidosamente, con el tono de una canción de ritmos robóticos. Lanzó la mochila y el mapa a un lado, rebuscó en los bolsillos y cogió el cacharro antes de que colgasen.

- L-lo siento, chica bolsillosmultiusos al habla...- Debió reconocer la voz, porque su cara se iluminó automáticamente.

-- ¡HEY! ¿Qué tal va la vida de una joven entrenadora?

- Papá...!...Pues iría bien de no ser por cierto reptil inútil come-mapas - Lanzó una mirada fulminante a Codrilo, quien pareció reírse a carcajadas.

--...¿No te dije que el Pokégear llevaba un mapa?

-... ... ¡HABÉRMELO DICHO ANTES MENDRU-...! - Tarde, su padre había colgado. Reprimió un suspiro, pero no puedo evitar esbozar una sonrisa. - Vale, hacia Ciudad Malvavisco, Codrilo! - Agarró de nuevo sus cosas, y empezó a correr frenéticamente hacia donde el Pokégear indicaba.

Mika revisó el mapa del pokegear nuevamente. ¿Se habría perdido? ¿Por qué siempre se pierden las personas? ¿Y por qué de repente se encontraba un Spearow frente suyo preparándose para picotearle? Ah, sí, porque había pateado una piedra y le había dado uno a una cabeza. Eso le sonaba de algo, no sabía por qué, pero le venía la frase "Cenizas con Ketchup idiota", pensó un momento de donde vendría esa frase, pero decidió pasar de ella. Miró a los Spearows y suspiró levemente. No le gustaban demasiados los Spearow, la verdad, muy mal carácter para ella. Miró a su Mudkip, que seguía colgado de su hombro y este bajó y miró mal al Spearow.

-¡Vamos, Miid! ¡Placaje!-

El Mudkip le miró, con cara de "¿Pero qué mote me has puesto esta vez, chiflada?", cansado de que cada vez le llamase de una manera diferente, pero no le desobedeció, dando un gran placaje al Spearow, dejando a este debilitado, pero éste le proporcionó un buen picotazo, a lo que respondió con otro placaje y cayó debilitado.

-Bah, paso de capturarle, me da penita... -dijo, mientras le hacía una seña a Mudkip, que se subió nuevamente a su hombro y caminó a paso rápido, cuando escuchó gritos, pero no de auxilio, si no de enfado.

--... ... ¡HABÉRMELO DICHO ANTES MENDRU-...!- Fue lo que escuchó, lo que hizo que se le quedase la típica cara de "WTF?!".

-Are...?-Miró hacia la dirección, cuando vio a una chica de pelo marrón, con una especie de mecha verde y ojos algo dorados, que empezaba a correr con un Totodile detrás. Se quedó perpleja un momento, tratando de analizar la situación, pero decidió dejarlo pasar y seguir el pokegear, si corría, seguramente se cansaría enseguida.

Michael habia conseguido que Cyndaquil se apagase, y tras oir gritos varios, siguio su camino. La vida le habia enseñao dos cosas: que a los gritos no se les hace caso, y que los Cyndaquil tienen mucha mala ostia.
Tras un buen ratito de andar, observo el mapa
-Ya estamos cerca de Ciudad Malva... a ver si de verdad lo de luchar en gimnasios es tan entretenido como lo pintaba el folleto promocional.

Tsumi siguió corriendo, con una ancha sonrisa en la cara, que a medida que avanzaba por la hierba alta, se iba borrando.
- ... ... ...No, ahora en serio, ¿dónde diablos están los pokémon salvajes? ¡ESTO ES UN MUERMO! - Cogió a Codrilo por las patitas y empezó a zarandearlo. El pokémon sólo reía ante cada movimiento. - Me estoy desesperando desde que empezamos el viaje, y eso no es bueno! ¡Yo ni muerta me meto en el gimnasio a que nos den una paliza, y menos con solo un cocodrilo azul!

Codrilo abrió y cerró la boca, como intentando morder el aire, mientras se retorcía en los brazos de Tsumi como una anguila para salir. Logró liberarse, y "huyó" en dirección contraria, mientras le sacaba la lengua a su entrenadora.

- ...¡Eso es un reto, cocodrilo con chaqueta amarilla! - Saltó hacia él, casi comiéndose el suelo por atraparle.

No tardó en toparse de nuevo con aquella chica de pelo marrón, la observó atentamente a lo lejos, apartándose el pelo del ojo, que le tapaba la vista. Mudkip seguía colgando de su hombro, clavando fijamente su mirada en Tsumi, y cuando vio al Totodile, se bajó de un salto de su hombro y se acercó al Totodile, con cara alegre.

-Are...? ¿Mudi~? -Se confundió un poco, llamándolo por otro nombre, como siempre.

Mudkip miró a la chica, curioso, acercándose.

-Maki...-Dio un paso, algo dudosa.

Michael ya habia llegado a Ciudad Malva, y en esos momentos andaba descansando en el Centro Pokémon, mentalizandose para su primer combate.
*Analicemos la situacion... tengo solo un Pokémon. Por lo cual, la cosa esta chunga. Pero tampoco se cuantos tiene el lider, por lo que igual la cosa no esta tan chunga. Pero igual tiene mas que yo, por lo tanto la cosa esta chunga. Pero igual no, por lo que a lo mejor la cosa no esta tan chunga... mira, voy a dejar de pensar, que no se me da bien, y voy tirando*
Michael le hizo un gesto a Cyndaquil, y salio en direccion al gimnasio.